Comenzaba muy temprano la jornada el pasado domingo. A las 07:30
partíamos rumbo a Granada. Tras dos horas de viaje llegábamos a la ciudad nazarí, esa ciudad universitaría que a tanta gente
atrae cada año tanto por su riqueza patrimonial (Alhambra, Albaycín, etc) como por su
riqueza gastronómica (¡que tapitas....!) o por su oferta de nieve (Sierra Nevada).
Pues si, allí me encontraba pero no atraído por ninguna de sus suculentas
ofertas antes mencionadas sino que lo que atraído por el hecho de que allí jugaba
el mágico.
Dos horas antes del partido ya me encontraba
en las inmediaciones del estadio Los Cármenes compartiendo cánticos y
conversaciones con demás pericos allí llegados.
Antes de seguir quiero mostrar mi admiración por esos pericos
que se pasaron prácticamente todo el fin de semana recorriendo kilómetros por
el Mediterráneo para poder animar al Espanyol en la otra punta del país. Muy
grandes , si señor. No es fácil ni cómodo bajar desde Barcelona a Granada y volver a subir en un fin de semana.
A las 12:00 de la mañana comenzaba el partido y a
mi me hubiera gustado ver al señor "pone-horarios" jugando al fútbol
en Granada a esa hora. El calor era asfixiante, era difícil incluso aguantar en la
grada. Hecho que a mi juicio, ensalza aún más la victoria lograda. Pero repito, poner un partido a esa hora en Granada no tiene sentido ni lógica. Demuestra muy poco dominio de geografía y de cultura general. Sabrán mucho de números pero si sólo miran por eso y son tan "buenos organizadores" como dicen, eso tiene un nombre: VENDIDOS.
El partido en si se puede calificar de
tosco y falto de ideas en ataque, con apenas ocasiones y poco atractivo. Pero me quedo con lo positivo:
- No fuimos inferiores al Granada a pesar de
jugar en su estadio.
- La "testiculina" empleada por los nuestros
cada partido va en aumento.
- Somos un equipo difícil de ganar. Anulamos bien los sistemas y los planteamientos rivales.
- Contamos con un fondo de armario bastante
más amplio y variado que en temporadas anteriores.
- Contamos con un entrenador que además
de permitirnos puntuar en casa nos está ayudando a sacar puntos
lejos de Cornellá con la dificultad que ello conlleva para equipos de nuestro nivel.
- Tenemos acierto a balón parado, cosa impensable estos últimos cuatro años.
Por contra, me gustaría que los
jugadores fueran un poco más cariñosos con los aficionados al final de los partidos que juegan lejos de casa. Se
limitan a aplaudir en el centro del campo y poco más. No les costaría mucho trabajo acercarse a la zona de los aficionados desplazados y homenajearnos durante un minutito. Nosotros lo hacemos durante todo el fin de semana, dejando dinero y tiempo para que no se sientan solos. No hace falta llegar al extremo de la Bundesliga donde los jugadores lo celebran cerca de los aficionados (ojalá) pero si algo intermedio, así que agradezco a
Sergio García, Raul Rodríguez y Kiko Casilla el detalle de acercarse donde nos encontrábamos para obsequiarnos con sus camisetas o guantes. Para ellos no es un gran esfuerzo y
alimentan ese "feeling" afición-plantilla tan necesario para seguir con la llama viva.
Os recomiendo a que hagáis
este desplazamiento alguna vez, pues es un lugar que merece mucho la pena por
ambiente, ciudad, gente y por ser la sede del inicio del movimiento de nuestra peña tan peculiar ;)
Termino esta crónica contando una anécdota: Viví el partido junto a Cristian, un peñista sureño de Málaga que no había podido conocer antes y con su hijo. La grandeza de ser perico en el sur depara estas cosas... conocer a gente sureña por los campos sureños. Gente lejana pero con un sentimiento en común: el RCDE.
Con la mente ya puesta en el día 5 de Octubre en la ciudad alicantina de Elche tocó regresar a Murcia como a mi me gusta: Con los
tres puntos en el maletero y la sonrisa en la cara.
Francisco Javier Martínez Merino
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